miércoles, 18 de diciembre de 2024

El día en que la pantalla chica desapropio a los cines de barrios

 

“Una  retrospectiva al estilo de la 20 Century Fox, realizada por Miguel Angel Ojeda, y con la colaboración  especial del aspirante a guionista: Bochin “
 
Contemplo y no los diviso, me canso de buscarlos y no los encuentros. Es inútil luchar contra ese longevo caballero que es el  tiempo. El siempre nos sacará su gélida lengua. A todo esto, pensarán a que me refiero… y bueno, trato de parchar una vetusta herida producida por esa caja tonta que es la TV, cuando defenestró hace más de una década a los cines de barrios,  y de  esta manera nos libró de un gran recreo de de la vida. Estos “Tiempos Modernos” que tan bien pintara Charles Chaplin, sin importarle un rabanito que los “oscar” lo reconociesen. Y continuó con el siguiente ingrediente: ¿Adonde habrá ido a parar la inquietud y  la nerviosidad de las familias del vecindario, que ansiosas querían merendar expectante un plácido domingo de matinée, con Gary Cooper, Betty Davis  ó John Wayne?
O la temblorosa espera de las parejitas por conseguir una entrada que los transportara a la fantasía del cinemascope o la válida osadía de aquellos mozalbetes, que masticaban chicles con frenesí, mientras fumaban en el intervalo..
Rostros  de púberes imberbes que procuraban sonreír con la frescura rasurada de un Dustin Hoffman en “El Graduado”, y que anhelaban tener esa campera negra de Marlon Brando en “Nido de Ratas”. Y que hablar de las muchachitas invadidas por el acné juvenil, que escondidas en el toilette, querían y aspiraban a guiñar un ojo como “Marylin”. Y tampoco se puede obviar el melodrama de esa colegiala del Liceo de Señoritas, de cutis carmesí, que trataba de cortarse las venas con una foto de James Dean. Y así era todo. A su vez, las colas  personitas iban movilizándose con un ritmo de pulsaciones pronto satisfechas., con el condimento de Los Beatles, como cortina musical de fondo. Además, el trabajo de los boleteros que con dos brazos no bastaban, del taquillero por detener el aluvión humano, y porqué no mencionar a la fatiga bañada del gordo del buffet. Y entretanto, todos una vez  ubicados escuchábamos desde las butacas el: ¡¡Al aéreo bombón!! … u observábamos en medio de la película, la linterna indiscreta del acomodador cuando alumbraba un fragoroso clinch amoroso y la concurrencia festejaba la ocurrencia con pitos y maracas. Y uno se sigue preguntando en el presente como en mi caso: ¿Que hacen por ejemplo esos supermercados del cinismo, ó esas tediosas mueblerías en lugar de los cines aquellos?.
…Y no hay respuesta coherente. No se puede, a pesar del esfuerzo en acertar una definición salvadora. Solo atino a acariciar con el recuerdo y la remembranza sus divinas fachadas y a sus sinceros rótulos, como así también a los afiches que adornaban sus frontispicios. Pero, a todo esto mantengo la tesitura de que la culpa de todo esto la tiene la bendita pantalla chica, que envidiosa porque los biógrafos estos, conspiraban contra el aburrimiento diario ó nocturno  de las personitas que circulaban en muchedumbre solitarias buscando un rumbo cierto ó que se masoqueaban en una plaza. No encontró otro THE END mejor, que el de irlos desintegrándolos despacito y lentamente hasta la contundente demolición. Que queda por decir? bueno, que me van a perdonar si me expreso en primera persona, pero, no puedo omitir contarles una anécdota que viví el otro día en el toilette de un Café Concert. Mientras me peinaba frente al hermano gemelo del espejo, la nostalgia me traía a la mente los biógrafos de los barrios. Entonces comprendí que el tiempo en su constante transcurrir, corroboraba al “progreso” que nada lo detiene
Pero, también me di cuenta que en este caso es la inversa; el tiempo que es también un tirano, se salía más bien con un progreso equivocado. Y que un presunto holocausto nuclear me desmienta sobre si se trata ó no  de un falso progreso.
Ustedes tienen la última reflexión.
Clic! terminé
 
                        Miguel Ángel Ojeda
                          Córdoba Capital
 
Publicado en Revista Literaria “Mapuche” – Año 3 - Nº 12 – Diciembre  1984.-

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