martes, 19 de septiembre de 2023

Miguel Hernández

 

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos
 
Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos.
 
No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.
 
No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.
 
Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.
 
Antes del odio
 
No, no hay cárcel para el hombre
no podrán atarme, no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú sintiendo
en tus brazos mi prisión
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy, siénteme libre,
solo por amor.
 
 Poeta y dramaturgo
1910. Orihuela (España) – 1942. Alicante ( España)
Publicó: Nanas de la cebolla; El soldado y la nieve; Perito en lunas, El rayo que no cesa,
Viento del pueblo, Cancionero y romancero de ausencias; El hombre acecha;
en teatro: Quien te ha visto y quien te ve y sombra de lo que eras,. El torero más valiente, Los hijos de la piedra, El labrador de más aire, .Teatro en la guerra

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