Dicotonomía incruenta
Siempre llega mi mano
más tarde que otra mano que se
mezcla a la mía
y forman una mano.
Cuando voy a sentarme
advierto que mi cuerpo
se sienta en otro cuerpo que
acaba de sentarse
adonde yo me siento.
Y en el preciso instante
de entrar en una casa,
descubro que ya estaba
antes de haber llegado.
Por eso es muy posible que no
asista a mi entierro,
y que mientras me rieguen de
lugares comunes,
ya me encuentre en la tumba,
vestido de esqueleto,
bostezando los tópicos y los
llantos fingidos.
Nocturno 5
La lluvia,
con frecuencia,
penetra por mis poros,
ablanda mis tendones,
traspasa mis arterias,
me impregna,
poco a poco,
los huesos,
la memoria.
Entonces,
me refugio
en un rincón cualquiera
y estirado en el suelo
escucho,
durante horas,
el ritmo de las gotas
que manan de mi carne,
como de una gotera.
Visita
No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
La afición al misterio,
El culto a la ceniza,
A cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto
con lo inerte.
Si de algo he renegado es de
la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
Ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el
absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
Para lo inhabitado.
Cuando venga a buscarme,
Díganle:
"se ha mudado".
Fue un poeta argentino, vinculado a la vanguardia
porteña de los años 1920.
1891 – 1967
Publicó: Veinte
poemas para ser leídos en el tranvía; Calcomanías; Espantapájaros (al alcance
de todos); Persuasión de los días; En la másmédula
Oliverio Girondo, dejó una huella imborrable entre los que amamos la poesía.
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