Leyendas Argentina

La
Creación, según los tehuelches
La
Creación entre los Tehuelches era atribuida aun ser que siempre existió. En un
principio vivió rodeado por densas y obscuras
neblinas “allá donde se juntan el cielo y el mar”. Esa divinidad eterna
y todopoderoso se llama KOOCH.
“Pensando
en la terrible soledad que le rodeaba, aquel ser rompió a llorar, y lloró durante muchísimo
tiempo, tanto que es imposible calcularlo. De las lágrimas que brotaban de sus
ojos se formó el mar primitivo, ARROK, primer elemento de la naturaleza. Cuando
advirtió que el agua brotaba de sus ojos
seguía en constante aumento, dejó de llorar y dio un profundo suspiro.
Ese
suspiro originó el viento, que disipando las obscuras neblinas, dio lugar al
nacimiento de la claridad, igual que ahora aparece el día después de la noche en
el lejano horizonte”
Creado
los tres elementos del espacio, el Viento, la Luz y las Nubes, KOOCH hizo
surgir del mar primitivo una isla muy grande, sobre la cual creó la vida
perecedera, es decir: las aves, los animales, los insectos y los peces.
A fin de admirar aquella maravillosa obra de
KOOCH, el Sol enviaba luz y calor; las nubes llevaban la lluvia
bienhechora y el Viento se encargaba de
crear los pastos.
La
vida se desenvolvía en forma pacífica en la isla de la cosmología Tehuelche,
hasta que aparecieron los gigantes, seres monstruosos y perversos..
En
la legendaria isla creada por KOOCH, nació ELAL, hijo del gigante NOSHTEX y TEO
(Nube). Desde esa isla ELAL trasladó a la Patagonia a todos los animalitos que
fueran sus fieles amigos, una vez que se instaló en la nueva tierra.
ELAL,
es el personaje central de la mítica Tehuelche, más que un diós, es un héroe
educador, maestro de la caza y protector.
Fue
el Cisne, quien trajo a ELAL siendo aún muy pequeño. El Cisne depositó al niño
en la cumbre del Cerro CHALTEN (Fitz Roy) donde durante tres días y tres
noches, protegido por las aves contempló la nueva tierra.
ELAL,
fue el creador de los CHONEX (Tehuelches), reveló a los hombres el secreto del
fuego, inventor del arco y las flechas, les enseño el arte de la caza y, como
seres creados a su semejanza, les inculcó algunos principios de moral y
conducta.
Finalmente,
el ciclo termina con el alejamiento del héroe, que ha cumplido su misión. Para
dar lugar al hombre sobre la tierra.
ELAL
desciende de la montaña, reúne a sus fieles camaradas, les prohíbe que le
rindan homenaje alguno y retorna a su isla llevado por el majestuoso cisne. En
esa misteriosa isla donde ELAL aguarda a los CHONEK muertos, que llegan guiados
por WEDEUNK, un espíritu tutelar que lleva la cuenta de las acciones de todo
Tehuelche.
Dibujo ilustración: Susana C. Otero
Fuente: De la página Identidad Cultural
Web: https://www.identidad-cultural.com.ar/
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